(Q:.H:. Gabriel Valbuena Hernández)
A la memoria del Muy Q:. H:. Luis Alfonso Valbuena Ulloa
Al hurgar en el baúl de mis ancestros
encontré de mi Padre sus mandiles,
una herencia de viejos albañiles,
aprendices, compañeros y maestros.
El vio la luz de la razón en este Templo
una noche muy solemne, ya lejana,
y volvióse su existencia más humana
al seguir de sus maestros el ejemplo.
Su intachable conducta fue mi escuela
su noble corazón, mi limpio espejo;
su ejemplo de virtud, bello consejo;
su amor a la verdad, valiosa hijuela.
No alcancé a abrazarlo como hermano
y él tampoco vio su espiga florecida;
desde siempre he lamentado su partida
mas no obstante hoy lo siento más cercano.
Bastantes meses cuenta ya su larga ausencia
y sin embargo aún percibo los destellos
de quien quiso hacer del mundo algo más bello
sirviendo al hombre con gran munificencia.
Descansa en paz en el Oriente Eterno,
mientras yo, con tu cincel y con tu mazo,
continuó tu labor en el regazo,
de esta Orden del amor fraterno.